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THE DICTIONARY OF OBSCURE SORROWS

El Diccionario de las Penas Oscuras es un proyecto de John Koenig, un poeta estadounidense que se dedica a inventar palabras para nombrar emociones que todavía no tienen un término descriptivo. En este sentido, su propósito es solventar las carencias del lenguaje a la hora de expresar sentimientos. No ser capaces de nombrar lo que sentimos nos deja en una situación confusa, entre la duda de lo que realmente experimentamos, el regusto de haber imaginado y la impresión de una realidad huidiza. Agradezco a Koenig la creación de todos estos neologismos porque nos ayudan a desarrollar nuestra sensibilidad y, sobre todo, a poder comunicarla.

Adronitis - La frustración ante el tiempo excesivo que se necesita para conocer a una persona en profundidad. Es algo que sentimos, en especial, cuando nos presentan o conocemos a alguien. Nuevas personas pasan a formar parte de nuestras vidas y ya desde el principio intuimos que durante las primeras semanas no vamos a ir más allá de un mero intercambio de formalidades. Es decir, que solo tras muchos encuentros, entraremos poco a poco en el terreno de las intimidades. Sentimos adronitis cuando deseamos saltarnos todos estos prolegómenos; cuando ansiamos que el individuo que acabamos de conocer nos revele su personalidad de golpe y en todos sus matices (su infancia, sus recursos materiales, sus miedos, sus anhelos, sus odios, sus amores). Nos gustaría llegar directamente al salón de esa persona sin tener que transitar por el recibidor y el pasillo.

Adomania - La sensación de que el futuro ha llegado antes lo previsto. De pequeños vimos películas como Odisea 2001, u otros títulos de ciencia ficción que nos trasladaban a un futuro que entonces parecía remoto. Mirábamos admirados los coches voladores, los patines que flotan en el aire y las pantallas que entablaban conversación con los televidentes. El cine nos fascinaba con un mundo de tecnología avanzada, máquinas alucinantes e inteligencia artificial. Y de repente, nos encontramos que ya estamos en el 2021 y que ya vivimos en un mundo de drones y patinetes eléctricos, con publicidad selectiva y geolocalizadores personales. Adomania es la llegada del futuro antes de lo que pensábamos. El presente ya es el futuro.

Altschmerz - El cansancio al tener que enfrentarse siempre a los mismos problemas. Pasan los años y tenemos la sensación de que no avanzamos. Una y otra vez nos encontramos con las mismas ansiedades y los mismos defectos. Y ante tanta repetición, nos empezamos a aburrir. Si por lo menos nuestras imperfecciones fueran cambiando y las preocupaciones fueran otras. Pero la realidad es que ante esta fatalidad de carácter no hay tregua. La repetición del fallo no va a parar. Así que no queda otra que hacerse a la idea de que volveremos a tropezar con la misma piedra. Sí: otra vez los mismos vicios de siempre,  las mismas contrariedades.

Ambedo - Un trance melancólico en que nos vemos absortos en detalles de una gran viveza sensorial. Pueden ser unas gotas de lluvia deslizándose por la ventana, el susurro de las hojas de los árboles o el dibujo de la nata en el café. Nos quedamos con el ánimo suspendido por esos pequeños detalles mientras la melancolía nos catapulta hacia paisajes lejanos de nuestra conciencia. Por un segundo, la vida nos parece frágil pero llena de complejidad.

Anemoia - La nostalgia por un tiempo que nunca vivimos. Miramos fotos color sepia o pinturas de hace siglos y nos imaginamos cómo era aquel tiempo ya tan lejano. Entonces, por un momento, deseamos haber vivido en aquella época, haber llevado esos vestidos, transitado aquellas calles y haber conocido a toda aquella gente.

Anecdoche - Una conversación en la que todo el mundo habla pero nadie escucha. Las voces se encabalgan, las palabras se atropellan y fluyen inconexas. Los interlocutores no están dispuestos a prestar atención; su única intención es desahogar el ánimo y explayarse.

Avenoir - El deseo de que la memoria no fuese solo un mecanismo que mira hacia atrás y que recapitula, sino que también mirase hacia delante y nos pudiese prevenir. En la vida avanzamos como un remero sobre una balsa que solo puede ver todo lo que deja atrás. Podemos ver dónde fuimos pero no adónde vamos.

Ballagàrraidh - Tomar conciencia de que el mundo de la naturaleza ya no es nuestro verdadero hogar. La historia de la humanidad ha representado una transición continua de la naturaleza a la civilización, del campo a la ciudad, del mundo rural a la urbe. Ha sido un cambio radical, y tan rápido, que a pesar de ser urbanitas, todavía tenemos el regusto del Jardín del Edén. Así, no podemos evitar, en medio del tráfico y las aglomeraciones, idealizar la naturaleza y su vida sencilla. Entonces, decidimos huir de la ciudad tan pronto como podamos. Con este propósito, vaciamos los estantes de los centros comerciales y, pertrechados de equipamiento deportivo, nos escapamos a la montaña. Pero a las pocas horas ya nos molestan los insectos, la humedad que impregna la ropa, la oscuridad de la noche, la dureza del suelo bajo la esterilla, la estrechez del saco de dormir y la falta de cobertura. Pronto descubrimos que queremos regresar al asfalto y a la colmena de nuestros apartamentos con su conexión de banda ancha. La etimología de la palabra proviene del gaélico y significa el muro del jardín.

Basorexia - El deseo súbito, el ansia o la necesidad de besar a alguien.

 

Catoptric tristesse - La tristeza y frustración que provoca el hecho de que nunca sabremos con certitud lo que los otros piensan de nosotros. Por mucho que le demos vueltas y que intentemos adivinar qué opinión tienen ellos sobre nosotros, nuestras presuposiciones nunca serán del todo acertadas. Las conjeturas sobre los pensamientos de otras personas serán siempre como un espejo cóncavo que devuelve una imagen curva y distorsionada. Y poco importa lo perspicaces que seamos, las otras mentes seguirán siendo, cuanto menos en parte, impenetrables.

 

Chrysalism - La tranquilidad amniótica de permanecer dentro de casa mientras afuera se desencadena una tormenta de truenos. Cómodamente y a salvo, escuchamos la cortina de agua que arrecia contra el tejado y vemos a través de las ventanas como el viento zarandea los árboles. La seguridad del hogar se convierte entonces en un vientre protector que nos mantiene lejos de todo peligro.

 

Degrassé - Mezcla de fascinación e inquietud generada al tomar conciencia de la vastedad del universo

 

Ellipsism - El sentimiento de tristeza que experimentamos al darnos cuenta de que no viviremos lo suficiente como para ver qué sucederá en un futuro próximo. Por ejemplo, cuando una persona en edad avanzada mira jugar a su nieto y se frustra al pensar que no llegará a verlo hacerse hombre.

Énouement - El sentimiento agridulce de haber llegado al futuro, ver lo que finalmente ha pasado en la vida, pero ser incapaz de volver al pasado para contárselo a aquella persona que éramos antes. Las personas, en nuestra juventud, tendemos a teorizar sobre el futuro imaginando, por ejemplo, si nos casaremos, si tendremos hijos, en qué trabajaremos o quién será la pareja de nuestra hermana. El tiempo pasa y las cosas acaban sucediendo. Entonces, un buen día nos encontramos con que los años vuelan y la vida ya encara la recta final. Entonces, nos acordamos de cuando éramos más jóvenes y especulábamos sobre el futuro. Es en ese momento cuando decimos cosas como ¡si hubiese sabido lo que iba a pasar!, ¡de haberlo sabido!…

Énoument es la sensación melancólica de encontrarse ya en el futuro y de tener la perspectiva de toda la vida, y, al mismo tiempo, la frustración de no poder volver a viajar al pasado para avisarnos a nosotros mismos de lo que hubiéramos tenido que hacer cuando éramos jóvenes.

Exulansis - La tendencia a dejar de explicar algo que nos aconteció, porque después de haber intentado relatar el suceso varias veces, caemos en la cuenta de que la gente no se identifica con nuestra historia y, además, nadie muestra el mínimo interés. Esta falta de empatía de los demás tiene consecuencias sobre el mismo recuerdo. Pues al dejar de contar lo sucedido, nosotros mismos acabamos por desvincularnos de la historia y, de alguna manera, la relegamos al grupo de memorias prescindibles. Al final, con los años, aquel acontecimiento se convierte en una mera vaguedad, cuya existencia llegamos a poner en duda.

Heartworm - Una relación o una amistad que no puedes borrar de tu cabeza. A pesar de creer que pertenecía al pasado y que aquella relación era una historia acabada, de repente la sentimos revivir con una fuerza arrebatadora. Como aquella hoguera que parecía apagada, pero en cuyo fondo sigue encendido el rescoldo. Así, un buen día, al caminar descalzos sobre las cenizas, nos quemamos las plantas de los pies.

Jouska - Conversación imaginaria y a menudo muy animada que mantenemos en nuestra cabeza entre nosotros mismos y otro interlocutor inventado.

Kenopsia - La extrañeza y la inquietud que sentimos al encontrarnos en un lugar o espacio que generalmente suele estar lleno de gente o muy concurrido, pero que en este momento se encuentra vacío. Por ejemplo, el pasillo de una escuela por la noche, unas oficinas a oscuras el fin de semana o un parque de atracciones cerrado. Del griego kenosis "vacío" y opsia "ver".

Keta - Imagen que de una manera inexplicable reaparece en nuestra mente después de mucho tiempo y que procede de un pasado remoto.

Klexos - El arte de examinar el pasado que nos permite encontrar un nuevo sentido a los acontecimientos ya transcurridos. A la hora de repensar el pasado se puede ir más allá del arrepentimiento y la nostalgia. Es una forma de cuestionamiento a posteriori que enriquece la experiencia y nos puede llegar a ser útil para el futuro.

Lutalica - Aquella parte de nuestra personalidad que no entra dentro de ninguna categoría, y que por tanto resulta inclasificable.

Lachesism - El deseo de ser golpeado por un desastre que sirva para cambiar el rumbo de nuestras vidas. Es el anhelo de que nos llegue un infortunio que marque un punto de inflexión en nuestra existencia y que, a la postre, nos lleve al cambio. Sobrevivir a un accidente de avión, perder todas nuestras posesiones en un incendio, ser arrastrados por una catarata o cualquier otra desgracia que nos sirva para marcar un antes y un después. Una vez superado el infortunio, no nos queda otra que empezar de nuevo. Y eso es lo que en el fondo buscamos desesperadamente: otra oportunidad, un nuevo comienzo.

Liberosis - El deseo de que las cosas nos preocupen menos.

Lilo - Una amistad que permaneció dormida durante muchos años, pero que sale de su largo letargo en un instante, para hacernos sentir como si no hubiera pasado el tiempo desde la última vez que nos vimos.

Mauerbauertraurigkeit - El impulso inexplicable de alejar a la gente, incluso a amigos cercanos que realmente estimamos. Traducido literal: la tristeza del constructor de paredes.

Midding - Sentir el agradable placer de estar presente en una reunión de gente o en una fiesta sin llegar a entregarse del todo. Por ejemplo, cuando nos mantenemos en el exterior de un círculo de personas que tienen una animada conversación, escuchando pero sin participar. O cuando nos quedamos charlando fuera de una casa en cuyo interior la gente se vuelve loca bailando. En el fondo, se trata de permanecer en el lugar de una forma discreta y apartada, lejos del epicentro de la socialización, pero sin sentirse excluido. Así, nos alegramos del hecho de que la gente se sienta bien, de que haya un estado de ánimo positivo, y nos complace la euforia de los demás. Sin embargo, preferimos acomodarnos en la posición del espectador, sin asumir la responsabilidad y la carga que representaría ser los protagonistas del evento.

Monachopsis - Sentimiento sutil y persistente de encontrarse fuera de lugar, inadaptado a nuestro medioambiente, incapaces de encajar con la gente que nos rodea y fuera de contexto.

Morii - El deseo de capturar el momento fugaz. De una manera inesperada y espontánea, hay veces en que nos sucede algo extraordinario. Por un instante, desearíamos parar el mundo y preservar la vivencia, pero la vida pasa y el momento se desvanece.

Nodus Tollens - Cuando nuestra vida no encaja con la historia que construimos de nosotros mismos. Las personas solemos inventar un relato de nuestras propias vidas que nos ayuda a forjar nuestro carácter y a consolidar el ego. Así, vamos encajando las cosas que nos suceden en una trama imaginada que da sentido a nuestra existencia. Hasta que un día, de golpe, ya sea por un contratiempo, un infortunio o un momento de lucidez, nos damos cuenta de que hay cosas que no cuadran, que el relato que ideamos no se corresponde con la realidad, que hay contradicciones y que todo se está convirtiendo en un sinsentido que no va a desembocar en un happy end. Entonces, no hay otra que mirar atrás y revisar los capítulos ya escritos. Si no queremos colapsar como personas, debemos reinterpretar nuestro pasado y buscar una forma de reconstruir la historia para comenzar de nuevo.

Occhiolism - La conciencia de que nuestra perspectiva es muy reducida, por lo que las conclusiones que podamos sacar son insignificantes. Es decir, que cualquier creencia que tengamos sobre el mundo o sobre los misterios de la vida -por muy especiales e irrepetibles que nos consideremos a nosotros mismos- no deja de ser un punto de vista más entre los miles de millones de puntos de vista que otros humanos tienen. Simplemente, otra forma más de experimentar la existencia.

Oleka - Tomar conciencia de que son muy pocos los días a lo largo de la vida que se puedan considerar verdaderamente memorables.

Onism - La frustración de estar atrapado en un cuerpo que solo tiene la posibilidad de estar en un solo lugar en un momento dado.

 

Opia - La extraña necesidad de mirar a alguien a los ojos. Esto nos hace sentir al mismo tiempo invasivos y vulnerables. Es esa ambigua intensidad que existe al mantener contacto visual con algunas personas.

Rubatosis - Tomar conciencia del latido de nuestro corazón. A veces, cuando estamos tumbados en silencio o en situaciones de calma, parece que por un segundo el mundo se detenga y somos capaces de escuchar como late nuestro corazón.

Rückkehrunruhe - El sentimiento de volver a casa después de un maravilloso viaje en el que vivimos experiencias extraordinarias y, sin pausa, tener que reincorporarse a la vida de siempre. Este brusco cambio nos lleva a sentir que todo lo vivido parece haber sido un sueño, y tenemos que hacer un gran esfuerzo para convencernos de que no hace más de un par de días tuvimos unas vivencias asombrosas. Entonces nos sobreviene la frustración de la ruptura, pues no nos parece justo que no exista un período de adaptación entre el mundo del viaje y el mundo cotidiano. Nos gustaría que estos dos estilos de vida (el ordinario y el extraordinario) fuesen compatibles, poder solaparlos de alguna manera. Sin embargo, el corte es abrupto y definitivo, casi traumático, y no hay manera de congeniar estos universos. Traducción literal: la intranquilidad del retorno.

Silience - La excelencia y la extraordinariedad que habitan dentro del mundo cotidiano y que pasan de una forma inadvertida. Son todos aquellos talentos que nos rodean y que, debido a que los disfrutamos en el día a día, no los valoramos como deberíamos. Hay mil ejemplos: los virtuosos solos de los músicos ambulantes en los pasillos del metro, los jardineros que dan forma a los setos de los parques, etc… Todos ellos son talentos imprescindibles que embellecen nuestra vida y que disfrutamos sin apenas darnos cuenta.

Sonder - La constatación de que las otras personas que habitan el mundo están viviendo una vida tan intensa y compleja como la nuestra. Muchas veces vivimos con la ilusión de que nuestra propia vida es más especial que la de los demás. Pensamos que de alguna manera nuestra existencia cuenta con particularidades que la convierten en más única e irrepetible. Pero llega el día en que descubrimos que no es así, que la vida de cualquier persona que transita aleatoriamente por la calle es igual de compleja y especial como la nuestra.

Vellichor - La extraña melancolía que sentimos delante de las librerías antiguas, las cuales, de algún modo, nos revelan de una manera especial el paso del tiempo.

Vemödalen - La frustrante sensación de fotografiar algo maravilloso que en realidad ya ha sido fotografiado de manera idéntica miles de veces. A veces viajamos por el mundo y nos detenemos para admirar algo extraordinario. Pueden ser las Cataratas de Iguazú, las vistas desde el tejado del Empire State Building o la inclinación de la Torre de Pisa. Fascinados por la visión, sacamos la cámara o el móvil y nos disponemos a tomar una foto única. Pero de repente nos damos cuenta de que esas vistas, esa puesta de sol o ese paisaje son fotografiados constantemente, una y otra vez, por miles de personas. Entonces notamos que, ante tanta repetición, no queda espacio para la originalidad, y sentimos el vacío de ser uno más de esta humanidad despersonalizada: un simple producto de las masas.

Yu Yi - El deseo de volver a sentir emociones intensas otra vez.

Zenosyne - La sensación de que el tiempo cada vez pasa más rápido. A medida que vamos envejeciendo sentimos que los días y los años transcurren a mayor velocidad. Todo parece acelerarse hacia el inevitable final.

Zielschmerz - El excitante temor tras perseguir una meta o un sueño durante toda una vida y ver que llega al punto en que hay que empezar a demostrar nuestros avances. Por fin ha llegado el momento de poner a prueba las habilidades adquiridas durante nuestra existencia en el mundo real. Un ejemplo es lo que le pasa a muchos jóvenes al llegar a cierta edad, Después de tanta formación y estudios, toca demostrar de qué somos capaces... Hemos crecido y ya no vale seguir preguntando el qué quieres ser cuando seas mayor de cuando íbamos a la escuela. Ahora entramos en la edad adulta y toca dejar constancia de que nos podemos realizar como individuos, de que la imagen proyectada de nosotros mismos desde la infancia va a concretarse. Y, claro, ante la presión y las expectativas, se presenta ese temor excitante de lo incierto. Traducción literal: el dolor de la meta.

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